lunes, 16 de junio de 2014

Nadie dijo que fuera fácil.





Nadie dijo que la vida fuera fácil, ni al nacer nos dieron un manual de como debemos enfrentarnos a los problemas. 

La vida en ocasiones  nos pone a prueba, nos lleva al  limite de lo sobre humano. Otras veces es tan sencilla y simple que volvemos a sentirnos como esos niños que juegan al balón, que imaginan historias de dragones, o que simplemente les es suficiente un pequeño cuento  para conciliar el sueño.  


Y es ese estado de inmadurez del que hay personas que se niegan a salir, quizás les da miedo dar un paso más y empezar a adquirir responsabilidades, comenzar a crecer y enfrentarse a un mundo que desconoce, al temido mundo de los "mayores".



¿Qué me depara el futuro? ¿Seré capaz de afrontar los problemas? ¿Encontrare soluciones?
 ¿ Quiero seguir creciendo? ¿Esto es bueno o es malo?

Pienso que madurar siempre es bueno (en todos los aspectos), no debemos quedarnos estancados en una etapa de la vida, sin dar la oportunidad de conocer nuevos horizontes, descubrir y sentir nuevas sensaciones. 
La vida es demasiado corta como para negar cada una de sus etapas.

El futuro es incierto e impredecible y quizás el ahora ya no tenga futuro.

Esto lo escribe alguien que está seguro que aun no ha llegado al cenit de su madurez, pero que ha sabido ir cerrando etapas (no se sí a su debido tiempo) pero que creo que he sabido disfrutar de cada una de ellas en su medida.

Y no confundir, no juego a dar lecciones de vida a nadie, cada uno es libre de hacer lo que quiera, cuando quiera y como pueda, simplemente que luego hay que ser capaces de acarrear con las consecuencias de nuestros actos.


Soy de los que piensan de que el fin NO justifica los medios. 








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